Fases del sueño y lo que nos aportan en nuestro día a día
En ocasiones, aunque durmamos bien, nos despertamos cansados y sin energía suficiente para nuestras actividades diarias. ¿A qué se debe que cada día nos despertemos de una manera distinta? Te lo explicamos en nuestro blog.
Para aprovechar al máximo nuestro sueño tanto la cantidad como la calidad son importantes. Según la National Sleep Foundation (NSF)», los adolescentes necesitan al menos 8 horas, y en promedio 9 horas y cuarto, de una noche de sueño ininterrumpido para dejar sus cuerpos y mentes rejuvenecidos para el día siguiente. Si el sueño se interrumpe, el cuerpo no tiene tiempo para completar todas las fases necesarias para la reparación muscular, la consolidación de la memoria y la liberación de hormonas que regulan el crecimiento y el apetito. Luego, nos despertamos menos preparados para concentrarnos, tomar decisiones o participar plenamente en actividades escolares y sociales.
¿Sabías que la arquitectura del sueño sigue un patrón? En concreto lo que todos conocemos como fase REM o sueño alternativo REM (movimiento ocular rápido) y el menos conocido sueño NREM (movimiento ocular no rápido). Por norma general estos se repiten en ciclos de 90 minutos.
Puede parecer sencillo, pero en realidad ambas fases tienen su estructura:
- NREM (75% de la noche): a medida que comenzamos a conciliar el sueño, ingresamos al sueño NREM, que se compone de las etapas 1-4. Según NSF, por orden de etapas, primero estamos entre despiertos y dormidos comenzando después con el sueño, desacoplándonos de los alrededores, mientras regulamos nuestra respiración y frecuencia cardíaca. La temperatura corporal baja (por lo que es útil dormir en una habitación fresca) y el sueño empieza a ser más profundo y reparador. Por ello, baja la presión arterial, la respiración se vuelve más lenta y los músculos se relajan. Es en este momento cuando se producen cambios significativos en nuestro cuerpo y por lo que hay que descansar profundamente una serie de horas al día (tal y como mencionábamos en nuestro blog la semana pasada -Cómo afrontar el sueño cuando no tenemos horarios estables») ya que se produce crecimiento y reparación de tejidos y se liberan hormonas esenciales para el crecimiento y el desarrollo.
- REM (25% de la noche): Es la fase más conocida porque es cuando soñamos. Ocurre aproximadamente 90 minutos después de quedarse dormido y recurre aproximadamente cada 90 minutos, alargándose más tarde en la noche. Es la fase que proporciona energía al cerebro y al cuerpo, mantiene el rendimiento diurno
Como es obvio, el lugar y el ambiente en el que descansamos es muy importante. No es lo mismo dormir en una habitación fresca, bien ventilada y en una cama confortable y adaptada a nuestro cuerpo, que en un colchón de mala calidad, en el que sintamos la estructura de la cama o sea demasiado pequeño para nuestros movimientos nocturnos. El colchón en el que dormimos es un elemento esencial a la hora de pasar por ambas fases y no interrumpir ninguna de ellas, consiguiendo el descanso pleno para nuestro día a día y la reparación de tejidos y liberación de hormonas. Además, esto también afectará al envejecimiento de nuestra piel y nuestras células (más adelante tocaremos este tema en nuestro blog Suit Delux).
En resumen, el tercio de nuestras vidas que pasamos durmiendo, lejos de ser "improductivos" si descansamos bien, juega un papel directo en cómo de enérgicos y exitosos pueden ser los otros dos tercios de nuestras vidas.
