Hace ya varios meses, en nuestro blog, hablábamos sobre los cronotipos a la hora de dormir: ¿eres búho o alondra?». Allí nos referíamos a la preferencia de cada uno sobre trasnochar o madrugar. Ahora, algunos estudios intentan demostrar que los ‘búhos’ son más inteligentes y creativos que las ‘alondras’. ¿Tú qué opinas?
Por ejemplo, una investigación de la Semmelweis University» arroja correlaciones entre las preferencias en los horarios que la persona dedica a dormir y su cociente intelectual. O el trabajo sobre el pensamiento creativo de Marina Giamprieto, profesora de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán, en el que afirma que las personas “nocturnas” serían más proclives al desarrollo de un espíritu no convencional y a la habilidad de encontrar soluciones originales y creativas a los problemas. O el estudio de Satohi Kanazawa», miembro del Grupo de Estrategia y Economía Gerencial de la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres, realizado sobre una muestra de más de 20.000 estudiantes, que parece indicar que las personas con más alto cociente intelectual tienen preferencia por los horarios nocturnos.
Según Kanazawa, este hecho podría basarse en una novedad evolutiva de la herencia genética: los humanos prehistóricos vivían y producían de día ya que estaban obligados a utilizar la luz solar para cazar, sembrar, recolectar, etc. Y, según se sucedían las generaciones, esta tendencia se fue invirtiendo, incrementándose la actividad nocturna.
Si bien aún no hay datos concluyentes al respecto, los resultados de éstos y otros muchos estudios sobre el tema parecen demostrar que los sujetos con mayores puntuaciones de cociente intelectual y mayor nivel en su complejidad cognitiva suelen estar más activos durante la noche, mientras que aquellas personas con puntuaciones más discretas tienden a irse a la cama antes. También aquellas personalidades, por ejemplo, más reflexivas y creativas, ven en la noche un ambiente más cómodo y adecuado para desarrollar sus actividades.
Evidentemente, no siempre es fácil ‘seguir tu cronotipo’ particular. Las habituales normas de ‘orden social’ asociadas, por ejemplo, al cumplimiento de la jornada laboral, vida familiar, etc., propias de un estilo de vida metódico y organizado, suelen condicionar el desarrollo de las preferencias individuales.
Lo que sí está demostrado es que cuánto mayor sea la calidad de nuestro descanso, mejores serán nuestras habilidades. “La creatividad, como un proceso mental más, se ve afectada por la salud y calidad del sueño, al igual que la inteligencia, la atención y la productividad. Por lo que si se descansa más y mejor (sea de día o de noche) mejorarán estas habilidades”, comenta José Guillermo Fouce, doctor en psicología y profesor Universidad Complutense de Madrid.
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