Himolla no fabrica muebles. Fabrica lugares donde uno se siente bien. Donde el cuerpo descansa y la mente se aquieta. Donde los días terminan y los buenos momentos comienzan.
Himolla apuesta por el confort personalizable: cada cliente puede elegir entre múltiples tamaños, alturas de asiento, tipos de firmeza, reposapiés, respaldos, tapizados... y cada producto se fabrica de manera individual, según esas elecciones. No hay soluciones universales, porque para ellos el confort es algo profundamente personal.
Sus productos incorporan lo mejor de la tecnología aplicada al descanso: sistemas reclinables manuales y motorizados, bases giratorias, opciones de batería recargable para evitar cables, ajustes ergonómicos diseñados con precisión médica, e incluso versiones con funciones de masaje o gravedad cero.
Y todo esto sin renunciar al diseño. Himolla sabe que un sillón o un sofá no solo debe ser cómodo: debe gustar, durar y armonizar con la vida de quien lo elige. Por eso ofrecen más de 600 tejidos y 200 tipos de cuero, múltiples bases, acabados en madera o metal, y una variedad de estilos que van desde lo moderno hasta lo atemporal.
Es esa combinación —alemana, humana y precisa— la que convierte a Himolla en una marca diferente. Y cuando descubres uno de sus sillones, lo sabes: no hay vuelta atrás.