La almohada es un elemento fundamental para obtener un descanso reparador, por eso es muy importante acertar a la hora de elegir la que mejor se adapte a nuestras necesidades. Aunque muchas veces escogemos las almohadas según gustos o modas, hemos de valorar otras cuestiones. Aquí te damos algunos consejos para que tu elección sea perfecta.

Hemos de saber que es necesario dormir siempre con almohada para que nuestros músculos se relajen, ya que acostarse sin ella es igual a pasar toda una jornada completa con el cuello girado hacia un lateral. La columna ha de quedar en su posición natural, desde el comienzo de las cervicales hasta la cadera, como si estuviésemos de pie. Aunque muchas veces elegimos las almohadas por cuestión de gustos o modas, hemos de valorar otras cuestiones.

Elección según el material

• Látex. El verdadero látex es un polímero natural extraído de la madera. Es importante a la hora de comprar este tipo de producto asegurarse que lleve un porcentaje de látex natural, sino es un material 100% sintético y ya no tiene las propiedades originales del látex natural. Entre las características de este material podemos destacar su alta resistencia a los ácaros, la suavidad, su flexibilidad que nos garantiza un apoyo perfecto, y sus propiedades hipo alergénicas. Un tipo de almohada para tener muy en cuenta a la hora de elegir.
• Visco elástica. Un material sorprendente y revolucionario. Gracias a sus propiedades, una adaptabilidad y una recuperación muy lentas hacen que estas almohadas sean ideales para gente con molestias cervicales, reduciendo la tensión acumulada de esta zona gracias un apoyo y una sujeción perfectos. Como con el látex, hay que asegurarse que detrás de cada almohada haya una buena fabricación, garantizando que no esté fabricada con productos nocivos tanto para nosotros como para el medio ambiente.
• Fibra. Las de siempre pero muy mejoradas. Permiten la circulación del aire y favorecen la  circulación de la humedad, no reteniendo el calor. Además tenemos distintas de alturas, firmezas y formatos para elegir. Se pueden lavar  pudiendo evitar la proliferación de ácaros, hongos y bacterias. No son almohadas tan técnicas como las anteriores pero si no hay problemas de cuello o espalda pueden ser ideales.
• Plumón. Nuestra predilección. Ideales para cualquier postura de descanso ya que el plumón nos permite variar la altura y adaptarla a nuestro gusto. Son las únicas 100% naturales, y sus propiedades nos garantizan la mejor transpiración, la perfecta circulación de la humedad evitando las concentraciones de calor, una de las propiedades más importantes para un buen descanso. Utilizamos plumones centro europeos y siberianos con una cuidada limpieza e higienización. El origen nos garantiza el tamaño y volumen, de esta manera la recuperación y el apoyo perfecto están garantizados.

Elección según la postura y la firmeza del colchón

También dependerá mucho del colchón sobre el que descansamos. Aunque nos dejemos llevar por nuestro gusto hay que buscar una buena combinación entre el tipo de colchón y tipo de almohada para que al cuerpo le dé sensación que está apoyado sobre la misma superficie; de esta manera será más fácil relajarse para llegar al sueño perfecto.

• Colchón firme. Si nuestro colchón es demasiado firme tenderemos a almohadas más altas y con mayor firmeza, tanto para una postura boca arriba como de costado. Aquí las almohadas visco elásticas funcionan bastante bien.
• Colchones medios. Aquí tenderemos a almohadas más suaves y no tan altas por lo que el abanico aumenta, dependiendo si pasamos más tiempo durmiendo de una manera u otra, elegiremos unas u otras. Al reducir la firmeza tanto del colchón como de la almohada, mejorara nuestro descanso.
• Colchones suaves. Para este tipo de colchones nos hará falta una almohada más suave y más baja, reduciendo mucho la firmeza mejoraremos la relajación, un punto imprescindible para lograr un sueño profundo. Para este tipo de camas las almohadas más elegidas suelen ser las de plumón o las de fibra, las más suaves y gustosas.

Por ultimo recordar que las almohadas tienen una duración de tres o cuatro años en condiciones ideales, a partir de aquí decaen sus propiedades de descanso y es recomendable cambiarlas; ten en cuenta que inviertes en salud.

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