Sí, seguro que sabes cuál es. Y, como no podría ser de otra manera, Suit Delux te ofrece almohadas, edredones y protectores confeccionados con esta lana tan especial. Pero, además de su calidad, su origen e historia tienen algunas curiosidades… Te las contamos.

Todos ya sabemos que la lana es un producto 100% ecológico, que se degrada sin contaminar y que es renovable. Hasta la fecha, no se conoce ninguna fibra artificial que haya podido igualar sus propiedades: es un buen aislante térmico, tanto del frío como del calor, y absorbe la humedad del cuerpo sin transmitir sensación de humedad. De hecho, aún húmeda, es capaz de producir calor.

Y puede que estés pensando: ‘Vale. Pero, en contacto con la piel, pica’. Pues sí y no. Porque no todas las lanas son iguales. Y hoy hablamos de la que está considerada como la mejor lana del mundo. ¿Adivinas de que lana estamos hablando?

La oveja merina es una raza compacta, de cuello y patas cortas, con una lana larga, fina y rizada, de color blanquecino y sin manchas.

Aunque actualmente la producción cárnica y lechera de las merinas es importante, la característica más especial es su lana. De hecho, su vellón es el signo distintivo de la raza merina. Además, una oveja merina produce entre 10 y 18 Kg de lana al año; no hay ovino que lo iguale.

Un tecnicismo: La estructura de su piel presenta una atrofia en los folículos primarios y un aumento de folículos secundarios que alcanzan una concentración próxima a los 60-80 folículos/cm² (frente a los 12 - 28 folículos/cm² de otras razas ovinas). Esta peculiaridad confiere una elevada densidad al vellón y una alta uniformidad en las fibras que se agrupan formando mechas rectangulares cuyas puntas se mantienen unidas por la acción aglutinante de la suarda (sustancia grasa que impregna la lana de los carneros y ovejas), creando su característico vellón de aspecto cerrado y compacto. Junto con el vellón, otro aspecto diferenciador de la lana merina es su finura que, además, destaca por el número de ondulaciones y elasticidad.

La oveja merina ya existía en la peninsula antes de la dominación romana. Aunque el origen de su raza es dudoso, muchas corrientes apuntan al norte de África. Otras señalan al ‘ovisariesvinei’ como primer antecesor de la oveja merina, una oveja proveniente del Caspio y que llegó a la peninsula por el Mediterráneo.

Sin embargo, las particularidades de la raza merina peninsular se desarrollaron con el tiempo; por una parte, gracias a su adaptación a las condiciones de la Península, con variaciones estacionales de temperatura de casi 50º (desde los 35º del verano hasta los -12º del invierno) y, por otra, mediante el cruce selectivo con otras razas autóctonas. Este hecho, que ha pasado desapercibido, es considerado por muchos estudiosos como el primer proceso de selección genética: consiguió reducir un cuarto de diámetro la fibra de lana y aumentar el peso del vellón en una raza rústica y resistente que puede desplazarse diariamente hasta 30 km.

Desde la Edad Media, y durante varios siglos, se mantuvo un estricto monopolio de lana merina. Por ejemplo, los reyes de Castilla cuidaron y velaron por conservar y desarrollar una raza que, al producir la mejor lana, formó parte importante de la riqueza durante su reinado. La exportación de esta raza de oveja, incluso su intento, estaba castigada con la pena de muerte, aunque el contrabando a través de los Pirineos funcionó durante siglos…

Aparentemente, a América llegaron de la mano de Colón en su segundo viaje y, salvo en la selva y los valles húmedos, la raza se adaptó con facilidad.

En Europa, el monopolio comenzó a cambiar desde 1700, cuando la corona española comenzo a regalar algunos ejemplares para establecer tratados de amistad o comercio con naciones afines (Suecia, Sajonia, Prusia, Hungría o Francia). Por ejemplo, parece ser que algunas ovejas merinas fueron un regalo de Felipe V a su abuelo, el rey de Francia Luis XIV.

Así, las ovejas merinas dieron lugar a algunas variedades, entre las que cabe destacar la Rambouillet (Merina de Rambouillet), la Negretti, la merina americana, la Vermont, la Delaine y la merina australiana.

Las características de esta lana son similares a las del cashmere, alpaca y mohair.

• Repelente del agua: No solo evita que el agua traspase el tejido con facilidad, también conserva intacta su capacidad de transpiración.
• Excelentes propiedades térmicas: Es capaz de mantener una temperatura corporal estable. Tanto en situaciones de frío o calor, el índice de variación térmica en el cuerpo se mantiene constante.
• Evita picores e irritaciones: Las fibras son más finas que en otras lanas y es mucho más suave al tacto.
• Retrasa la aparición de olores: Tiene propiedades antimicrobianas naturales. La correcta evaporación del sudor impide que la ropa absorba las sales y las grasas que el cuerpo segrega y que son el hábitat perfecto para generar malos olores.
• Absorbe la humedad: Es capaz de absorber un 30% de su peso antes de que el cuerpo se empiece a sentirse húmedo. Y aún pasado ese punto, el tamaño de sus fibras permite la evaporación de la humedad. Incluso mojada sigue siendo cálida.
• Protección UV: Está dotada con una protección natural a los rayos UV. Al igual que el cabello humano, la lana merino contiene queratina que se encarga de dar protección y resistencia a sus fibras.
• Repele la suciedad: Contiene menos humedad que la lana convencional, lo que disminuye la electricidad estática que atrae el polvo y la suciedad ambiental.

Como primicia, os adelantamos que en Suit Delux ya hemos empezado a trabajar con este producto, nos ha encantado. Lana pura 100% natural proveniente de ovejas merinas de los Pirineos.

Ya sabemos la importancia de una buena cama para nuestra salud y calidad del sueño. ¿Y si lo mejoramos con una buena almohada, un estupendo edredón y un perfecto protector para nuestro colchón?

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