En un mundo donde la tecnología nos envuelve, incluso en el momento de dormir, a veces se olvida lo básico: el descanso más profundo no siempre proviene de lo más artificial, sino de lo más natural. Recuperar esa conexión con lo esencial es una forma de cuidarnos, y hacerlo desde la cama es quizás el primer paso.
Algunos colchones, como el modelo Nair de Auriga, exploran esa idea. Hecho a partir de muelles ensacados y una cuidada selección de materiales naturales como algodón bio, lana, lino y seda, este colchón invita a dormir sobre texturas vivas, orgánicas, que respiran con nosotros. Es una propuesta que, más allá de lo técnico, sugiere una forma distinta de entender el descanso.