Astenia otoñal: por qué afecta al descanso y cómo superarla
En este artículo te contamos qué es exactamente la astenia otoñal, cómo influye en tu sueño y en tu energía diaria, y lo más importante: qué puedes hacer para sentirte mejor. Hablaremos de hormonas como la melatonina y la serotonina, de los hábitos que realmente funcionan y de cómo convertir tu dormitorio en un verdadero refugio para descansar de verdad.
ÍNDICE
- Introducción»
- Astenia otoñal y descanso: por qué sentimos más cansancio en otoño»
- Melatonina y serotonina: cómo las hormonas influyen en tu descanso reparador»
- Astenia otoñal, insomnio crónico y trastorno afectivo estacional: ¿cómo diferenciarlos?»
- Cómo combatir la astenia otoñal y dormir mejor»
- Tu pequeño oasis nocturno: cómo crear el entorno perfecto para un descanso reparador»
- Preguntas frecuentes»
- Este otoño, dale al descanso el espacio que se merece»

1. Introducción
¿Te has notado más cansado/a últimamente, aunque duermes igual que siempre? ¿Te cuesta arrancar por las mañanas sin saber muy bien por qué? Tranquilo/a, nos pasa a casi todos. Eso tiene nombre: astenia otoñal.
El otoño llega casi sin avisar: los días se hacen más cortos, las tardes se vuelven más frescas y la luz natural empieza a escasear. Poco a poco dejamos atrás la energía vibrante del verano y nos reencontramos con la rutina, el trabajo, los horarios más estrictos… y también con una sensación que muchas personas conocen muy bien: ese cansancio que no sabes muy bien de dónde viene.
Es como si al cuerpo le faltara energía…
Cuesta empezar el día, el ánimo decae y el descanso ya no es el de antes. Eso es la astenia otoñal, un proceso real de adaptación al cambio de estación que afecta tanto al cuerpo como al estado de ánimo.
2. Astenia otoñal y descanso: por qué sentimos más cansancio en otoño
A medida que el verano se aleja, muchas personas notan una especie de “bajón” general: se sienten más cansadas de lo normal, con menos ganas de hacer cosas y con un sueño que, aunque parezca suficiente, no recarga como antes. Eso tiene nombre y se llama astenia otoñal.

El otoño trae consigo más cansancio, menos energía y noches menos reparadoras
No es una enfermedad ni algo grave. Es simplemente el modo en que el cuerpo reacciona al cambio de estación.
De pronto tenemos menos horas de luz, hace más frío, pasamos más tiempo en interiores y volvemos a rutinas más exigentes. Todo eso descoloca un poco al cuerpo, que necesita tiempo para adaptarse.
Una de las señales más claras es que el sueño empieza a desajustarse. Hay personas que tienen más sueño durante el día, otras que no logran dormir bien por la noche, y algunas que alternan entre ambos. Y aunque duerman las horas habituales, no sienten que hayan descansado de verdad. La razón está en cómo la luz (o la falta de ella) afecta a nuestras hormonas.
3. Melatonina y serotonina: cómo las hormonas influyen en tu descanso reparador
Puede parecer que el cambio de estación solo afecta a lo que llevamos puesto o al paisaje, pero en realidad también cambia lo que pasa dentro de ti. Especialmente en el cerebro. Ahí es donde entran en juego dos protagonistas clave cuando hablamos de astenia otoñal: la melatonina y la serotonina.
3.1. Melatonina: la hormona que te da sueño (a veces, antes de tiempo)
La melatonina es una hormona que tu cuerpo produce de forma natural cuando empieza a oscurecer. Es la que le dice al cerebro: "ya es hora de bajar el ritmo y prepararse para dormir".
En verano, como hay más horas de luz, la melatonina aparece más tarde. Pero en otoño, con los días más cortos, empieza a producirse antes… y ahí es cuando muchas personas notan que a media tarde ya tienen sueño o están como adormiladas.

La falta de luz natural en otoño adelanta el sueño y el cansancio
El problema es que esa somnolencia prematura desajusta tu reloj interno. Y si intentas resistirte al sueño (porque aún tienes cosas que hacer), es fácil que luego llegue la noche… y te cueste dormir.
3.2. Serotonina: tu “hormona del buen rollo” baja de nivel
La serotonina es otra hormona esencial, sobre todo cuando hablamos de bienestar emocional. Es la que te hace sentir con buen ánimo, motivado, con ganas de moverte y disfrutar. Y adivina qué la activa: la luz del sol. Sí, la exposición solar es uno de los grandes estimulantes naturales de la serotonina.
¿Y qué pasa en otoño?
Pues que al haber menos luz natural, el cuerpo produce menos serotonina. Y eso se traduce en bajón anímico, irritabilidad, desgana e incluso apetito por dulces o carbohidratos (sí, eso también es parte del cuadro). Es como si el cerebro necesitara un impulso… y no lo encontrara.
3.3. ¿El resultado? Un cuerpo confundido
Menos serotonina y más melatonina = menos energía durante el día y más sueño a deshora.
El cuerpo recibe señales confusas y empieza a funcionar a destiempo. Por eso muchas personas dicen cosas como “duermo y sigo cansado” o “me levanto como si no hubiera descansado nada”. En realidad, no es que duermas mal por completo, sino que tu ciclo de sueño y vigilia está desincronizado.
Pero no te preocupes: con buenos hábitos y un entorno de descanso adecuado, puedes ayudar al cuerpo a reajustarse y volver a dormir (y vivir) con más equilibrio. Te lo contamos en los próximos apartados.
4. Astenia otoñal, insomnio crónico y trastorno afectivo estacional: ¿cómo diferenciarlos?
Es fácil confundir la astenia otoñal con otros problemas más serios relacionados con el ánimo o el descanso. Especialmente cuando empiezas a notar que estás más cansada, más apagada o con el sueño alterado. Pero hay diferencias importantes que conviene tener claras para saber cuándo estás ante algo pasajero… y cuándo conviene pedir ayuda.
4.1. Astenia otoñal: un bajón de temporada (pero pasajero)
Como ya hemos visto, la astenia otoñal no es una enfermedad. Es más bien un desequilibrio momentáneo que aparece al cambiar de estación, y suele durar solo unas semanas. Se manifiesta como:
- Cansancio sin razón clara.
- Sueño poco reparador.
- Ánimo bajo o desganado.
- Sensación de estar más lento o distraído.
Pero lo más importante es que no incapacita: sigues haciendo tu vida, aunque con menos energía. Y lo normal es que desaparezca por sí sola si incorporas buenos hábitos y le das tiempo a tu cuerpo para adaptarse.

Astenia otoñal, ese cansancio que no sabes muy bien de dónde viene
4.2. Insomnio crónico: cuando dormir bien se vuelve difícil cada noche
El insomnio crónico es otra historia. Aquí hablamos de dificultades para dormir que se mantienen en el tiempo: semanas, meses, incluso años. No es solo que te despiertes una noche puntual, sino que dormir se convierte en una batalla constante.
En este caso, el problema no es sólo estacional.
Puede estar relacionado con el estrés, la ansiedad, malos hábitos o incluso otros trastornos del sueño. Y a diferencia de la astenia otoñal, el insomnio no mejora por sí solo: requiere atención profesional.
Algunos síntomas comunes:
- Te cuesta conciliar el sueño.
- Te despiertas varias veces por la noche.
- Te levantas muy temprano y no puedes volver a dormir.
- Estás agotado durante el día, aunque hayas estado horas en la cama.
4.3. Trastorno afectivo estacional (TAE): un bajón que va más allá
El TAE, o trastorno afectivo estacional, es una forma de depresión que aparece cada año, sobre todo en otoño e invierno. No es un “bajón” ligero, sino una alteración del estado de ánimo con síntomas más profundos y duraderos.
Los signos que lo diferencian de la astenia otoñal son:
- Tristeza persistente, sin motivo aparente.
- Pérdida de interés por cosas que antes disfrutabas.
- Aislamiento social.
- Cambios marcados en el apetito y el peso.
- Problemas serios de sueño (demasiado o muy poco).
- Sensación de desesperanza o inutilidad.
En estos casos, sí es fundamental buscar ayuda profesional. Con el tratamiento adecuado (terapia, apoyo emocional, e incluso fototerapia), muchas personas logran estabilizar su estado de ánimo durante los meses fríos.
4.4. ¿Cómo saber si es astenia, fatiga estacional u otra cosa?
Piensa en estas preguntas:
- ¿Llevas semanas así o solo unos días?
- ¿Puedes seguir con tu día a día aunque estés algo cansado?
- ¿Notas que mejora cuando te cuidas un poco más (luz, comida, sueño)?
- ¿Te sigues ilusionando por cosas, aunque estés más apático?
Si la respuesta es que sí, en general puedes con todo, es probable que estés pasando por una astenia otoñal típica.
Dale tiempo, cuida tu descanso y tu cuerpo irá ajustándose poco a poco. Pero si notas que todo empeora, que el cansancio es extremo o que tu ánimo se hunde más cada día, no lo dejes pasar. Hablar con un profesional puede marcar la diferencia.
5. Cómo combatir la astenia otoñal y dormir mejor
La buena noticia es que sí hay solución. Aunque no podamos cambiar el clima ni alargar los días, hay muchas cosas que sí están en nuestra mano para sentirnos mejor, con más energía y volver a dormir profundamente.
Pequeños cambios en tus rutinas, en tu forma de alimentarte, moverte y descansar, pueden marcar una gran diferencia.

Dormir mejor y recuperar tu vitalidad es posible, incluso con astenia otoñal
Aquí van algunas recomendaciones que funcionan y que, además, tienen base científica.
5.1. Sal a buscar la luz (sí, incluso en otoño)
La luz natural es clave para regular tu reloj interno. Intenta exponerte al sol, aunque esté nublado, todos los días por la mañana. Basta con salir a dar un paseo de 15 o 20 minutos. No hace falta correr una maratón: caminar con calma ya estimula la producción de serotonina, mejora el ánimo y ayuda a dormir mejor por la noche.
Si pasas muchas horas en interiores, sube las persianas al máximo y mantén la casa bien iluminada durante el día. Y si vives en una zona con muy poca luz solar, puedes consultar con un especialista sobre la posibilidad de usar lámparas de fototerapia.
5.2. Mantén una rutina de sueño regular
Irse a dormir cada día a una hora diferente confunde a tu cuerpo. Elige un horario que se adapte a tu estilo de vida y respétalo también los fines de semana. Tu organismo lo agradecerá.
Antes de dormir, evita pantallas, luces intensas y comidas copiosas. Mejor crea un pequeño ritual relajante: leer unas páginas, darte una ducha caliente, respirar profundo… Lo importante es que tu cuerpo reciba la señal clara de: "ahora toca descansar".
5.3. Haz ejercicio: el mejor antídoto contra el cansancio en otoño
Es normal que en otoño dé más pereza moverse, pero lo cierto es que el ejercicio es uno de los mejores antídotos contra el cansancio estacional. No hace falta ir al gimnasio ni matarse a correr. Caminar a buen ritmo, subir escaleras o hacer estiramientos suaves ya activa tu energía.
Además, al mover el cuerpo se liberan endorfinas (las hormonas del bienestar), se regula la temperatura y se mejora la calidad del sueño. Y si puedes hacerlo al aire libre, mucho mejor: ¡doble beneficio!

El ejercicio físico es el mejor antídoto contra la astenia otoñal
5.4. Aliméntate con energía: qué comer para un descanso reparador
Evita el típico “picoteo emocional” de azúcares, bollería o snacks ultraprocesados. Aunque al principio parezca que te dan un subidón, al rato solo traen más bajón, más hambre y más cansancio.
Mejor apuesta por alimentos que nutran de verdad: frutas de temporada, verduras, cereales integrales, frutos secos, pescado azul… Y no olvides incluir triptófano», un aminoácido que ayuda a producir serotonina. Lo encuentras en el plátano, el pavo, los huevos, las legumbres y los lácteos.
Ah, y muy importante: hidrátate. A veces nos sentimos cansados simplemente por no beber suficiente agua.
5.5. Cuida tu mente: pequeñas acciones que marcan la diferencia
El cuerpo no es lo único que se cansa. También necesitas darte espacio mental. Si el otoño te deja un poco apagado, busca pequeñas cosas que te ilusionen: una serie, un plan tranquilo con amigos, cocinar una receta nueva o apuntarte a una actividad que te motive.
Establecer pequeñas metas diarias también ayuda a mantener el foco y evitar la sensación de “no estoy haciendo nada”. No tienen que ser grandes cosas: salir a caminar, ordenar un cajón, escribir tres líneas en un diario… Lo que tú elijas. Lo importante es sumar energía positiva.
5.6. No te aísles: el descanso también es social
El contacto humano mejora el ánimo. No hace falta montar planes grandes: una charla con alguien que te cae bien ya puede cambiar el día. Si te cuesta, empieza por mensajes o llamadas cortas. Compartir cómo te sientes también es una forma de cuidarte.
Y si sientes que nada de esto te funciona o que el malestar va a más, no lo dudes: hablar con un profesional puede ayudarte a salir del bucle y recuperar tu equilibrio.
6. Tu pequeño oasis nocturno: cómo crear el entorno perfecto para un descanso reparador
Dormir bien no depende sólo de cuántas horas pasas en la cama. También importa -y mucho- dónde y cómo lo haces. El espacio en el que duermes puede ser un aliado o un obstáculo para tu descanso. Por eso, transformar tu dormitorio en un verdadero oasis del sueño es una de las mejores decisiones que puedes tomar si quieres combatir la astenia otoñal y recuperar tu energía.
Aquí tienes las claves para lograrlo:
6.1. Cuida la temperatura de la habitación
Una habitación demasiado calurosa o demasiado fría puede interrumpir el sueño sin que te des cuenta. El punto ideal está entre 18 °C y 21 °C. Asegúrate de ventilar bien durante el día, usa ropa de cama transpirable y adapta tus edredones o rellenos nórdicos a la estación.
¿Frío en los pies? Calcetines suaves. ¿Mucho calor? Ropa ligera y tejidos naturales. Pequeños detalles que cambian mucho la calidad del descanso.
6.2. Mantén la oscuridad total para evitar distracciones visuales
Dormir con oscuridad total» ayuda a que tu cuerpo produzca melatonina, esa hormona que te induce al sueño profundo. Si hay luces encendidas (aunque sean tenues), tu cerebro se despista y puede que no entres en las fases más reparadoras del sueño.
Usa cortinas opacas, retira dispositivos con luces LED, y si no puedes evitar alguna fuente de luz, prueba con un antifaz cómodo.
6.3. Apuesta por el silencio o sonidos suaves
Los ruidos nocturnos, incluso los que no parecen molestos, fragmentan el sueño. Si no puedes controlar el ruido exterior, los tapones de oídos o una máquina de sonido blanco pueden ayudarte a crear un ambiente más relajante.
Algunas personas también duermen mejor con sonidos naturales de fondo, como lluvia suave o el murmullo del mar. Si es tu caso, hay muchas apps con ese tipo de audios.
6.4. La cama y el colchón: claves para combatir el cansancio estacional desde la base
Una cama de calidad no es un lujo, es salud. Un buen colchón y una buena base alinean tu espalda, reducen puntos de presión y permiten que el cuerpo se relaje completamente. Y una buena almohada es la clave para evitar molestias cervicales y conseguir un sueño realmente reparador.
Saber cómo elegir una buena almohada depende de cómo duermes: si lo haces de lado, necesitas una almohada firme que mantenga el cuello alineado. Si duermes boca arriba, una de firmeza media es ideal. Y si cambias de postura, hay opciones adaptables que se ajustan a ti.
En Suit Delux» te ayudamos a encontrar la solución de descanso perfecta para ti. Porque descansar bien empieza por elegir bien.

Dormir bien empieza con una cama y un colchón pensados para tu bienestar
6.5. Crea una atmósfera que invite al descanso reparador
Tu dormitorio no tiene por qué parecer sacado de una revista, pero sí debe transmitirte paz, orden y confort. Una habitación caótica, con exceso de estímulos o poco cuidada, también se siente en el cuerpo y en la mente al intentar dormir.
Apaga pantallas al menos una hora antes de acostarte, evita trabajar o mirar el móvil en la cama, y añade pequeños detalles que te inviten a relajarte: una luz cálida, una vela suave, una manta que te guste, un libro en la mesilla…
Haz que entrar en tu dormitorio sea sinónimo de: “aquí es donde me recargo”.
6.6. Dormir en pareja sin que afecte a tu descanso
Dormir en pareja puede ser muy reconfortante, pero también puede generar interrupciones si tenéis ritmos distintos o necesidades diferentes. En ese caso, considera opciones como:
- Camas con zonas independientes (ideales para colchones articulados).
- Colchones que absorban el movimiento (para que no te despierten los giros del otro).
- Elegir almohadas adaptadas a cada uno.
En Suit Delux también podemos ayudarte a encontrar la mejor solución si compartes cama y quieres que ambos durmáis bien, sin renunciar a vuestra comodidad personal.
7. Preguntas frecuentes
No. Algunas personas apenas la notan, mientras que otras la sienten con fuerza cada año. Depende de factores como la sensibilidad a los cambios de luz, el estilo de vida, el nivel de estrés o incluso la calidad del sueño previo. Lo importante es saber escuchar al cuerpo y adaptar rutinas para facilitar esa transición estacional.
Este otoño, dale al descanso el espacio que se merece
La astenia otoñal puede ser molesta, sí, pero también puede ser la excusa perfecta para parar un momento y revisar cómo estás durmiendo, cómo te estás alimentando o cuánto estás cuidando tu ritmo interno.
Dormir bien no es un lujo, es una necesidad. Y cuanto antes entendamos eso, más fácil será afrontar los días con claridad, energía y ganas.
Así que si este otoño te sientes un poco más apagado, dale prioridad al descanso. Tu cuerpo sabe lo que necesita, solo hay que escucharlo.
En Suit Delux» sabemos que cada cuerpo es único. Por eso te asesoramos de forma personalizada para encontrar el colchón o la cama que se adapta a ti.
Porque dormir bien no solo mejora tus noches… transforma tus días.
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