Polen: Un fenómeno estacional que puede causar molestias particulares en primavera y otoño. No obstante, algunas personas experimentan síntomas de alergia al polen durante todo el año.
Ácaros del polvo: Estos diminutos arácnidos se encuentran incluso en los hogares más limpios, especialmente en camas, ropa de cama y almohadas, ya que se alimentan de células muertas de la piel. Una presencia constante que puede afectar a quienes padecen alergias.
Moho: La humedad y la presencia de moho pueden ser un problema durante la noche, especialmente en habitaciones con baños. Un ambiente húmedo propicia la proliferación del moho, que puede afectar la calidad del aire en el dormitorio.
Caspa de mascotas: La caspa de las mascotas, formada por pequeños fragmentos de piel muerta, puede desencadenar alergias en personas que comparten su espacio con perros o gatos.