Muchos de vosotros ya conocéis las camas Hästens: son unas de nuestras preferidas. Y no sólo por su fabricación artesanal, su experiencia y los materiales utilizados 100% naturales. Cosas que, igual, no se aprecian a simple vista. Pero que sin lugar a dudas, se sienten.

Hablar de la experiencia de Hästens a través de 6 generaciones no es fácil. Bueno, fácil sí, pero no breve. Vamos a intentar ofreceros un resumen….

Empezamos hablando de Pehr Adolf Janson y nos remontamos a la Suecia de 1839.

Por aquel entonces, Perh Adolf tenía nueve años y su madre acababa de fallecer dejando 7 hijos. En aquellos años, la pobreza en el país obligó a la mayor parte de la población a emigrar a Estados Unidos. El padre de Perh Adolf eligió quedarse.

La educación recibida por parte de su padre, que intentó inculcar a todos sus hijos el valor del desarrollo en el oficio que cada uno eligiera, le hace marcarse el objetivo de ser maestro fabricante en sillas de montar.

A los 18 años, Perh Adolf se hace aprendiz en el oficio y solo cuatro años más tarde, en 1852, recibe de manos del rey de Suecia el certificado de maestro fabricante en sillas de montar. Estos maestros, además de sillas y guarniciones, también se dedicaban a fabricar colchones con la mejor crin de caballo y artículos de cuero.

Y el joven Perh Adolf, fabricando colchones, siembra el germen de lo que más adelante sería Hästens. Poco después se casa con Elisabeth Charlotta, su amor de siempre, y se mudan a Hed con sus tres hijos: Adolf Fredrik, Ida Elisabeth y Per Thure.

Per Thure, uno de los tres hijos de Perh Adolf, se aseguró de que la tradición de maestría familiar siguiera viva haciéndose cargo del negocio de sillas de montar a partir de 1885.

Educado en la misma línea que su padre, cuando la Primera Guerra Mundial llevó a Suecia los primeros automóviles, se adaptó a los nuevos tiempos centrando el negocio en la fabricación de colchones, asientos y cojines de crin de caballo.

Junto con su hijo David Janson, Per Thure logró expandir el negocio. Y, en 1917, decidieron centrarse por completo en las camas. La víspera de la fiesta del solsticio de verano fue la fecha en que Paul Janson, el primo artista de Janson, dibujó el primer logo de Hästens. Un logo en el que el caballo es un tributo al origen del negocio: las sillas de montar.

A pesar de la falta de materiales como consecuencia de la guerra y de la enfermedad de Per Thure, el negocio consiguió mantenerse. Su obsesión en la búsqueda del mejor producto le hizo viajar por todo el mundo para conseguir las mejores materias primas (incluso a Egipto donde, aparentemente, se encuentra la crin de caballo de mejor calidad).

En 1924, la pequeña localidad de Hed era insuficiente para la expansión del negocio. Y Jason lo traslada a Estocolmo fundando la planta de fabricación en Köping. Desde entonces, esta ciudad ha sido el centro de operaciones de Hästens.

Sin embargo, a mediados de los años 40, Hästens había crecido tanto que necesitaba instalaciones más grandes. Junto con Ralph Erskine, un arquitecto por entonces poco conocido, construyó un edificio con poco aspecto de fábrica conocido como ‘el Tivoli’, un edificio que se convirtió en icono entre los arquitectos suecos.

También fue por entonces cuando Janson, como promesa de calidad y durabilidad, introdujo la garantía de 25 años a todas sus camas.

En 1952, primer centanario de Hästens como fabricante de camas, el rey Gustaf Adolfo VI de Suecia le otorgó el título de Proveedor de la Casa Real.

En 1963, la hija de David Janson, Solveig, tras haber sido directora financiera durante muchos años en la compañía, paso a ser responsable de operaciones.

Junto con 2 de sus hermanas y su marido, Jan Ryde, lograron seguir expandiendo el negocio. Fue su marido quien, en 1978, diseñó el estampado de cuadros azules que se convertiría en el distintivo de la casa.

En 1988, Jan Ryde (hijo) toma las riendas de la compañía y, aunque había comenzado a desarrollar su carrera profesional como profesor de economía industrial en la Facultad Técnica de Linköping, decidió dejarlo atrás y volver a casa y hacerse cargo de las operaciones de Hästens. Bueno, también influyó que la que sería su mujer, viviera en Köping…

En 1995, el rey Carlos Gustaf XVI volvió a nombrar a Hästens proveedores de la Casa Real.

La demanda de camas Hästens ha seguido aumentando: en 1998 se amplió la planta y fue, de nuevo, Ralph Erskine (ahora ya famoso) el encargado del diseño.

Uno de los 4 hijos de la pareja ya se ha incorporado al negocio familiar, un negocio que de ser una pequeña empresa familiar ha llegado a estar presente en 45 países de Europa, Asia y América.

Las camas Hästens siguen fabricándose artesanalmente, con materiales naturales 100%, y el mismo espíritu de excelencia de hace 170 años, cuando Pehr Adolf fabricó sus primeras camas.

Por eso están consideradas como las mejores camas del mundo. Si quieres sentirlas, contacta con Suit Delux», nuestros especialistas en descanso te proporcionarán una atención personalizada.