El ritual del descanso: Cinco rutinas de noche para dormir mejor
Hay varios factores que influyen en nuestra calidad de descanso. Principalmente necesitamos una buena cama que nos sustente y nos acoja con suavidad para que los músculos no sientan presión y el cerebro se relaje entrando en un sueño regenerador. Pero si queremos conocer la máxima calidad de descanso también es importante revisar nuestras rutinas y hábitos. Si no sabes por dónde empezar en este blog te contamos una forma de preparar tu cuerpo y tu mente para el descanso cada noche.
El ritual del descanso
El descanso es fundamental para tener salud y bienestar en nuestro día a día. Dedicar el tiempo necesario para crear un entorno que invite a la relajación y asentamiento del día es la garantía de una buena noche. El atardecer es un momento perfecto para ir bajando revoluciones y generar un ratito de intimidad para escuchar nuestro cuerpo. Hay muchas formas de crear un ritual de descanso. Te daremos algunas ideas para empezar.
Cinco rutinas de noche para dormir mejor
- Respirar y estirar. El cuerpo necesita cambiar de postura, estirarse y respirar las tensiones acumuladas durante el día. Te invitamos a que te pongas ropa cómoda y busques un rincón agradable y espacioso para estirar tu cuerpo. Si paras a escuchar tu cuerpo y respirar, bastará con un poquito de intuición para que encuentres la forma. Seguro que te sientes mucho mejor.
- La ducha. El agua es nuestra mayor aliada para preparar nuestro cuerpo para el descanso. Limpia y se lleva la pesadez eliminando toxinas y nos recarga de nueva energía relajando nuestros músculos y aliviando el estrés. La ducha antes de dormir es un gran placer, no hay duda.
- Hidratación. La cara B del agua es que genera tirantez en nuestra piel, para devolverle su elasticidad después de la ducha lo mejor es hidratar nuestra piel con aceites naturales, que además de cuidar la piel nos pueden ayudar a conciliar el sueño si añadimos aromas esenciales como el de la lavanda, que posee propiedades relajantes y ansiolíticas.
- La cena. Nos hidratamos por fuera y también por dentro nutriendo nuestro cuerpo. Como ya sabemos siempre se aconseja una cena ligera que no retenga líquidos. Algo fácil de digerir y que nos aporte la energía suficiente para poder descansar bien. Recuerda que no hay muchos pasos que dar de la cocina a la cama. Grasas naturales presentes en la proteína del huevo, el pescado o en aceites vegetales como el de oliva o el aguacate te darán la energía necesaria y una digestión perfecta.
- Infusión y relax. Llega la última etapa antes de dormir. Es un bonito momento para preparar una infusión de hierbas con propiedades relajantes y digestivas que nos ayude a crear ese momento de autocuidado e intimidad. Tomar con calma este momento para darnos lo que necesitemos: respirar, agradecer, masajear alguna parte de nuestro cuerpo… algo que nos conecte más con el interior que con el exterior para que nuestro sistema nervioso vaya descansando sin verse afectado por estímulos externos. Encender una vela puede ser una buena forma de crear este espacio.
Lo más importante es que vayas conociendo tus necesidades para dedicar cada noche un momento para cuidar de ti y beneficiar así tu descanso.
Recuerda que lo más importante para un buen descanso es practicar un estilo de vida saludable, además de contar con una cama apropiada y adaptada a tus necesidades. Si tienes dudas de cuál es la tuya contacta con nosotros», te asesoraremos.