El ciclo del sueño se repite varias veces durante la noche y aunque el tiempo total del sueño tiende a permanecer constante, las personas mayores pasan más tiempo en las etapas más ligeras de sueño que en las más profundas. Por ello, en muchas ocasiones están más cansados durante el día al no haber tenido un sueño cien por cien reparador.
Además de los cambios en la arquitectura del sueño que ocurren cuando envejecemos, según la Sleep Fundation» hay otros factores que afectan al sueño:
- Los ritmos circadianos: coordinan la sincronización de las funciones del cuerpo incluyendo el dormir. En las personas mayores se refleja en que tienden a dormirse más temprano y a despertarse pronto en la mañana en comparación con los adultos más jóvenes. Aun así siguen teniendo entre 7-8 horas de sueño. Este patrón se llama el síndrome de fase avanzada del sueño.
- Insomnio: de acuerdo con una encuesta del año 2003 sobre el Sueño de la Fundación Nacional del Sueño (NSF)», el 44% de las personas mayores sufre uno o más de los síntomas de insomnio nocturno alguna noche por semana o más de una. El insomnio puede ser crónico (cuando dura más de un mes) o agudo (cuando dura unos pocos días o semanas). Disminuir la cafeína y las siestas puede ayudar a resolver el problema. Si el insomnio llega a crear efectos serios, complicando otras condiciones o haciendo que la persona se sienta demasiado cansada para funcionar normalmente cuando está despierta, hay que buscar tratamiento. Cuando los efectos son serios y no se tratan, el insomnio puede afectar la salud de las personas.
A modo de recomendación, cuanto más suave sea la cama y más cómodo se sienta nuestro cuerpo, el sueño será más profundo. En cambio si dormimos sobre una cama más dura, daremos más vueltas y nos costará conciliar un mejor sueño al no tener el confort suficiente, o una ergonomía entre nuestro colchón y nuestro cuerpo. Por ello, siempre recomendamos tener un adecuado asesoramiento» a la hora de elegir nuestros equipos de descanso.
Roncar
Roncar: es una de las principales causas de la alteración del sueño. Está más comúnmente asociado con personas con sobrepeso y suele empeorar con la edad. Los ronquidos fuertes son particularmente serios y pueden ser un síntoma de apnea del sueño y estar asociados con hipertensión arterial y otros problemas de la salud. En apnea del sueño, la respiración se detiene (a veces de 10 a 60 segundos) y la cantidad de oxígeno en la sangre baja. Esto pone sobre aviso al cerebro causando un breve espabilamiento y la respiración comienza otra vez. Estas interrupciones de la respiración pueden ocurrir repetidamente causando múltiples interrupciones del sueño durante la noche, derivando en somnolencia excesiva y funcionamiento alterado durante el día.
Si no es algo crónico, puede que los ronquidos se suavicen e incluso desaparezcan con la inclinación del cuerpo que nos da una cama articulada». Por eso es tan importante contar con el colchón y la cama adecuada a nuestra situación.
La apnea del sueño no tratada pone a las personas en riesgo de enfermedad cardiovascular, dolores de cabeza, pérdida de memoria y depresión. Es un desorden serio que es tratado fácilmente. Las señales de que una persona puede sufrir apnea del sueño y tiene que ser tratado por un especialista son los ronquidos habituales que se oyen desde otra habitación, parar de respirar o hacer ruidos fuertes durante el sueño.
Síndrome de Piernas Inquietas (RLS)
Es un trastorno neurológico de movimiento caracterizado por un deseo irresistible de mover las extremidades. Con el RLS, se dan sensaciones desagradables como hormigueos, picazón y tirones (ocurren principalmente en las piernas). Estas sensaciones empeoran por la noche, lo que hace difícil conciliar el sueño y a veces mantenerse dormido. Su frecuencia aumenta con la edad: aproximadamente el 10% de las personas de Norte América y de Europa sufren síntomas de RLS. El 80% de las personas con RLS sufre de movimientos periódicos en el sueño, y el 45% de todas las personas mayores sufre al menos una forma leve de PLMD. Muchas personas con estos trastornos suelen tener insomnio por la noche, y somnolencia durante el día.
Envejecimiento
Cuando envejecemos, aumentan los problemas médicos. En general, las personas con mala salud o con cuadros médicos crónicos tienen más problemas de sueño.
- Hipertensión
- Insuficiencia cardíaca
- La menopausia, con su acompañamiento de sofocos de calor, cambios en la respiración y disminución de los niveles hormonales puede conducir a muchas noches desveladas.
- Problemas de reflujo gastroesofágico (GERD). Causa dificultades para dormirse y mantenerse dormido.
- Depresión: está estrechamente relacionada al insomnio; la depresión es un factor de riesgo para tener dificultad al dormir mientras que el dormir mal también contribuye a la depresión. Se calcula que el 50% de personas con depresión tiene algún tipo de deterioro del sueño.
- El dolor y la incomodidad de la artritis, y otras condiciones musculoesqueléticas tales como el dolor de espalda, hacen difícil el dormir durante la noche.