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¿Qué hacer cuando el calor te impide dormir? El método egipcio y otros ‘mecanismos’
Estamos en uno de los meses más calurosos del año. Por tanto es previsible que, al menos en algunas zonas, las altas temperaturas nos impidan alcanzar un descanso y sueño adecuados.
Os contamos algunos consejos y métodos (como el egipcio) para intentar paliar los efectos del calor a la hora de dormir.
Ya estamos en pleno verano. Y, según las estadísticas, en los días más calurosos del año. Es decir, aunque no en todas las zonas se sientan los efectos de calor del mismo modo, es posible que muchos tengamos que pasar alguna que otra noche dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño a causa del calor.
¿Qué podemos hacer en nuestro dormitorio?
Lo fundamental: evitar que la habitación se caliente durante el día.
Deberemos aislarla todo lo posible durante las horas más calurosas: cerrar puertas, ventanas, persianas, cortinas… Así evitaremos, en cierta medida, que el calor diurno se cuele en nuestro dormitorio.
Después, al caer la noche, cuando la temperatura exterior suele bajar y es inferior a la interior de nuestra casa (poco, en algunos casos) será el momento de abrir puertas y ventanas intentando buscar corrientes de aire para refrigerar toda la casa.
¿Y el aire acondicionado?
Para aquellas zonas geográficas en las que la noche no siempre trae una temperatura idónea para dormir, es difícil resistirse a la tentación de encender el aire acondicionado.
Evidentemente, no vamos a entrar a valorar si es ‘bueno o malo’. Según los expertos no es saludable mantener el aire acondicionado encendido toda la noche. Pero también es cierto que los aparatos más modernos cuentan con un modo nocturno que, además de regular la temperatura y conseguir un cierto ahorro de energía, impiden que el ambiente se enfríe en exceso.
En cualquier caso, además de regular la temperatura -a no menos de 24ºC-, también es necesario redirigir el flujo de aire: un chorro de aire frio continuado focalizado en nuestro cuerpo puede provocar rigidez muscular, contracturas en espalda y cervicales, etc. Y no hay que olvidar que, en general, el aire acondicionado reseca el ambiente….
Lo que si podemos hacer es, antes de acostarnos, aprovechar el aire acondicionado para refrigerar la habitación. Después, lo apagaríamos y podríamos recurrir a, por ejemplo, los socorridos ventiladores (especialmente, los de techo) con o sin ventanas y puertas abiertas.
¿Cómo nos preparamos para dormir con calor?
Si hace mucho calor, puedes darte una ducha antes de ir a dormir. Pero ¡con agua tibia!, nunca con agua muy fría ya que al salir de la ducha notarías más el calor.
Como ‘pijama’: cuanta menos tela, mejor; no te decimos más. En su defecto, elige ropa ligera y amplia; preferentemente de fibras naturales (p.e. algodón, lino, seda) que absorben mejor el sudor que las prendas sintéticas.
Algo parecido aplica a las sábanas: mejor de fibras naturales y lo más finas posible para facilitar la transpiración del cuerpo y favorecer la disipación del calor.
Cuando nada es suficiente: el método egipcio
Sencillo y lógico. A ver, si te preguntamos cómo te quitarías el calor rápidamente ¿en qué es en lo que primero piensas?. En el agua ¿no?
Los antiguos egipcios mojaban las esterillas, alfombras y ropa de cama antes de acostarse.
Pero claro, así, a bote pronto, pensar en dormir sobre unas sábanas mojadas en agua fría no parece muy cómodo…. Igual es cuestión de acostumbrase… Pero, además… pobre colchón…
Algunos dicen que mejor centrifugar las sábanas en la lavadora antes de colocarlas, otros que mejor colocar toallas húmedas sobre las sábanas…. Puiff… parece un poco engorroso…
¿Y si rociamos las sábanas con un spray de agua enfriado en la nevera?
Elegir un buen colchón
Pensarás que qué vamos a decir nosotros. Pero es la verdad. Un buen colchón ayuda a mejorar la calidad del descanso incluso con calor.
Si vives en un lugar cálido, nuestra recomendación es que elijas un colchón de muelles frente al látex y la viscoelástica ya que el primero ofrece un mejor comportamiento al no acumular el calor generado por nuestro cuerpo, lo que mejorará notablemente la sensación térmica. Y, por supuesto, da preferencia a que los tejidos de su composición sean de fibras naturales.
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